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    Los efectos de El Niño más potente jamás registrado, unidos a los del cambio climático, han puesto a 60 millones de personas en riesgo de padecer hambre. Pide a los líderes mundiales que proporcionen fondos urgentemente necesarios para salvar vidas ahora y en el futuro.

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  2. GRACIAS POR ACTUAR PARA AYUDARNOS A ACABAR CON EL HAMBRE

El Niño es un fenómeno cíclico provocado por el calentamiento de la superficie del océano Pacífico. Este fenómeno puede desencadenar cambios en los sistemas meteorológicos y, en consecuencia, en las temporadas de cultivo en todo el mundo. En 2015, el año más caluroso registrado hasta la fecha, vivimos uno de los más potentes jamás registrados: el llamado "súper" El Niño. Oxfam y otros actores llevan meses alertando sobre la grave amenaza que este fenómeno representa, sobre todo para las familias agricultoras más pobres y los millones de personas que dependen de los alimentos que cultivan para sobrevivir. Organizaciones internacionales como Oxfam han incrementado su labor de crisis en docenas de países puesto que, a pesar de que ahora El Niño ha comenzado a debilitarse, este fenómeno ya ha provocado graves daños. En muchas comunidades campesinas, las cosechas se han malogrado y el ganado ha muerto. Su futuro es sombrío e incierto. El fenómeno de El Niño no constituye un desastre natural en sí mismo. Sin embargo, puede desencadenar situaciones de emergencia que perjudican especialmente a las personas más pobres y, por lo tanto, vulnerables. En algunos países, los efectos de El Niño son sobrecogedores e incluso los Gobiernos más decididos a enfrentarlo reclaman ayuda.

Febrero de 2016: Este mapa recoge información obtenida a través de la red estadounidense Famine Early Warning Systems Network (FEWS-NET), la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas e investigaciones e informes de país de Oxfam.

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El Niño ha exacerbado los efectos de una grave sequía en el sur de África. La estación de lluvias ha sido la más seca en 35 años. Los agricultores y agricultoras han tenido que retrasar la siembra o, en algunos casos ni siquiera han podido sembrar, porque las lluvias han llegado demasiado tarde. Ahora, el periodo para sembrar cultivos de secano que prosperen casi ha terminado. Para muchas comunidades de toda la región, las predicciones que anuncian un tiempo caluroso y seco suponen otra cosecha de maíz malograda. El principal productor de maíz de la región, Sudáfrica, prevé una disminución del 36% en la cosecha con respecto a la media de los últimos cinco años. En 2014-2015, la producción de cereal disminuyó un 23% en la región debido a la sequía, lo que la sumió en una situación de gran fragilidad y a sus habitantes en una situación de elevada vulnerabilidad. La escasez de alimentos también ha supuesto un aumento desorbitado de los precios: a principios de 2016, tanto en Sudáfrica como en Malawi el maíz alcanzó un precio récord. Actualmente, más de 14 millones de personas padecen inseguridad alimentaria en la región y se prevé que esta cifra aumente. En Sudáfrica, donde ya hay cerca de 14 millones de personas afectadas más, el Gobierno está tratando de gestionar la situación y aún no ha solicitado ayuda.
América Central se enfrenta a una de las sequías más graves de su historia que ya dura tres años y está siendo exacerbada por los efectos del fenómeno El Niño de 2015. La inseguridad alimentaria de la población campesina y los pequeños agricultores continúa empeorando en diversas áreas de América Central, el Caribe y las zonas montañosas de América del Sur. Las cosechas son escasas y de baja calidad. Las comunidades del denominado "corredor seco" de Guatemala, Nicaragua, Honduras y El Salvador son las más perjudicadas: cerca de 3,5 millones de personas tienen graves dificultades para acceder a alimentos básicos. Los hogares más pobres son los más afectados. Muchas personas padecerán una grave desnutrición al menos hasta la próxima cosecha de agosto.
En Asia es probable que el fenómeno El Niño provoque más sequías y patrones de lluvia inusuales, creando las condiciones idóneas para desencadenar graves incendios. Las lluvias durante la época del monzón han sido escasas. El Niño agrava muchos de los problemas a los que las comunidades deben hacer frente como consecuencia del cambio climático. El pasado año, en Indonesia la sequía afectó a millones de personas y agravó importantes incendios que calcinaron más de dos millones de hectáreas de bosque. El humo afectó a cerca de 43 millones de personas, la mitad de las cuales sufrió infecciones respiratorias. De forma similar, en Filipinas los efectos de El Niño perjudicaron a 65.000 agricultores y dañaron 32.000 hectáreas de cultivo de arroz. Actualmente los desastres aún no son inevitables pero, tal y como demuestra la reciente declaración de "estado de calamidad" del Gobierno de Filipinas en tres provincias, el tiempo para actuar y evitar una grave emergencia humanitaria se está acabando.
Los habitantes de Papúa Nueva Guinea precisan de apoyo urgente y se requiere un seguimiento exhaustivo de la situación. Hasta 4,3 millones de personas padecen hambre, pobreza y enfermedades a consecuencia de las sequías, las lluvias erráticas y las heladas relacionadas con el fenómeno El Niño. El "súper" El Niño que se produjo en 1997-1998 provocó una grave sequía, importantes pérdidas en las cosechas y grandes adversidades en muchas áreas del Pacífico. Se espera que este año los efectos de El Niño, unidos a temperaturas récord y la escasa producción agrícola de 2014, sean mucho peores.
 

Alarmas

Precaución… Advertencias… Alarma…

Este "súper" El Niño no debería sorprender a nadie. Expertos meteorólogos y organizaciones como las Naciones Unidas y Oxfam han advertido repetidamente de la amenaza de El Niño. Se predijo cuáles serían sus consecuencias más probables y los países en mayor riesgo. Desafortunadamente, los desastres de lenta aparición reciben escasa cobertura mediática hasta que los peores pronósticos se hacen realidad.

El 1 de octubre de 2015, Oxfam publicó el informe Entering Unchartered Waters (solo disponible en inglés y francés) en el que analizaba la amenaza que representa El Niño para la seguridad alimentaria global. "Millones de personas pobres ya están sintiendo los efectos de este 'súper' El Niño: sus cosechas se malogran y los precios de los alimentos básicos se disparan debido a la escasez de suministro. A medida que el cambio climático se agrava, los fenómenos meteorológicos extremos se incrementarán".

El 20 de noviembre de 2015, Oxfam urgió a la comunidad internacional a incrementar de forma inmediata la respuesta humanitaria en aquellos países en crisis recordando la situación vivida en 1997-1998 también a causa de un "súper" El Niño. "Se debe adoptar un enfoque a largo plazo para reducir la inseguridad alimentaria y, en la conferencia sobre el clima de las Naciones Unidas en París así como posteriormente, se deben adoptar medidas para hacer frente al cambio climático que agrava los efectos de El Niño", apuntaba Oxfam.

El 15 de diciembre de 2015, Oxfam afirmó: "Se precisa un liderazgo sólido a todos los niveles de gobierno y un esfuerzo internacional coordinado para evitar catástrofes como la que provocó la sequía que azotó el Cuerno de África en 2011, cuando el sistema internacional respondió de forma demasiado lenta, lo que se tradujo en un sufrimiento generalizado".

El 30 de diciembre de 2015, Oxfam advirtió de que "en 2016, los fenómenos meteorológicos y los conflictos pondrán al sistema humanitario bajo una presión sin precedentes". Solo a consecuencia de El Niño, decenas de millones de personas padecerán hambre, escasez de agua y enfermedades. "En algunas regiones ya es demasiado tarde para evitar una grave emergencia. Las organizaciones humanitarias ya tienen dificultades para responder a crisis como las de Siria, Sudán del Sur y Yemen. No podemos permitirnos que se produzcan nuevas emergencias de gran magnitud en ninguna otra parte. Si el mundo no responde ya a las crisis que están emergiendo en el sur de África y en Latinoamérica, no seremos capaces de hacer frente a la situación".

El 8 de enero de 2016, Oxfam se sumó a otras importantes organizaciones humanitarias para advertir de que se necesitaban urgentemente más fondos. "Si la comunidad internacional actúa ahora, podemos ayudar a evitar el desastre y el sufrimiento de millones de personas. No podemos esperar a que la gente empiece a morir. La comunidad humanitaria ha ayudado a muchas personas a evitar los peores efectos de desastres relacionados con El Niño a pequeña escala en países como Kenia y Malawi, pero lo que se precisa es un esfuerzo internacional concertado".

El 28 de enero de 2016, Oxfam afirmó que millones de etíopes corrían el riesgo de sufrir "la peor sequía de su generación". "Las personas ven cómo sus cultivos y sus animales mueren, a sabiendas de que pronto no tendrán ni agua ni alimentos suficientes para alimentarse. El Gobierno etíope está haciendo cuanto está en su mano, pero la magnitud del problema exige que los donantes proporcionen urgentemente más fondos para complementar los esfuerzos del Gobierno".

Ese mismo día, el 28 de enero, Sudáfrica anunció que preveía que la cosecha de maíz sería la más escasa en casi una década. "La producción agrícola de Sudáfrica está desatando los peores temores en torno a los efectos que este "súper" El Niño tendrá en las personas. Toda la región depende de las exportaciones alimentarias de Sudáfrica, unas reservas socavadas por las altas temperaturas y la sequía. Se prevé que la producción de maíz también descienda de forma similar en los países vecinos.

Clima

El Niño y cambio climático

Las evidencias sugieren que existe una relación de causa-efecto recíproca entre El Niño y el cambio climático: mientras el cambio climático incrementa las probabilidades de que se produzca un "súper" El Niño, este fenómeno, a su vez, intensifica los efectos del cambio climático al liberar gran cantidad de calor del océano Pacífico. Se estima que a medida que la temperatura de los océanos aumenta como consecuencia del cambio climático, las probabilidades de que se produzca un "súper" El Niño se duplican. Más información: aquí y aquí.

Cifras

Millones de personas damnificadas por El Niño

De acuerdo con la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas, en 2016 cerca de 60 millones de personas padecerán los efectos de El Niño en África oriental y meridional, el Pacífico, Latinoamérica y el Caribe. En Etiopía, 10,2 millones de personas padecen inseguridad alimentaria aguda y precisan de ayuda internacional. Esta cifra se suma a los ocho millones de personas que ya reciben ayuda a través del programa de protección social del Gobierno. Casi 12 millones de personas más padecen inseguridad alimentaria en otras zonas de la región del Cuerno de África y África oriental, en Somalia, Eritrea, Yibuti y Sudán del Sur. En África meridional, 28 millones de personas sufren inseguridad alimentaria, de los cuales casi la mitad viven en Sudáfrica, donde el Gobierno trata de gestionar la situación. Las comunidades del "corredor seco" centroamericano de Guatemala, Nicaragua, Honduras y, especialmente, el Salvador, se enfrentan a una de las peores sequías en décadas. Se estima que en torno a 3,5 millones de personas tienen graves dificultades para acceder a una alimentación adecuada. Además, hasta 4,7 millones de habitantes de 13 países de la región del Pacífico están en situación de riesgo ante posibles sequías, ciclones y unas precipitaciones erráticas. El impacto de El Niño, y la más que probable posibilidad de una subsiguiente La Niña, podría incrementar aún más la cifra de personas damnificadas en distintas partes del mundo durante los dos próximos años.